Cuando escribía acerca de IRON MAN 3 mencioné
que había visto todas o la gran mayoría de películas de superhéroes.
Nada más alejado de la realidad, ya que omití, sin quererlo, las
películas dedicadas a Superman, un auténtico icono, el verdadero
pionero de todas las películas de superhéroes (vean esta gran reseña de la primera película de Superman hecha por Richard Donner, y
sigan a @elsalonrojo en twitter, un
gran crítico de cine)
Con estos antecedentes, llega “Man
of Steel”, el intento de Warner por mantener vigente el personaje de
Superman, al mismo tiempo que intenta mantener el éxito de la trilogía del
Batman de Christopher Nolan.
La historia, al ser un reebot, es la que nos han contado miles de veces
y si han visto alguno de los 25 trailers, ya saben la estructura de la
historia.
Kal-El llega a la tierra, enfrentará a Zod en una batalla y en medio
estará la raza humana y su futuro.
La película, desde mi punto de vista, tiene más hoyos que fortalezas.
Fortalezas, como las referencias bíblicas (Kal-El es enviado en una
“canasta” espacial, es un mesías que llega a la tierra, etc.)
Pero, lo que me parece más destacable: el presentar al personaje como un
paria, un alien que no encaja en la Tierra y se cuestiona su papel.
Haber representado tan bien esto es un acierto, porque Superman nunca ha
sido un personaje fácil de adaptar, que quede claro.
Como alguna vez le escuché decir a Tarantino, Superman tiene una
complejidad enorme, porque su verdadera identidad es Kal- El, un extraterrestre
que cayó en la tierra y tiene alter ego es Clark Kent.
No es, digamos, Spiderman, un adolescente tímido llamado Peter que
cuando se pone el traje se transforma (“The Amazing Spiderman” del año pasado,
tiene su mayor virtud en esa conversión), igual que Bruce Wayne, Hal Jordan,
etc.
No, Kal-El es un extraterrestre superpoderoso y aquí se le ve intentando adaptarse a una
sociedad imperfecta, que señala a los diferentes y los aisla.
Mención especial a Kevin Costner como Jonathan Kent, que con una
participación limitada, logra un par de muy buenos momentos, especialmente
aquellos en los que intenta proteger al pequeño Clark del mundo, aunque sabe
que esto es realmente imposible.
Sin embargo, como mencionaba, la película tiene más puntos débiles que
virtudes.
Con Nolan como productor y a partir de los elementos que presentó, uno
esperaría una película entretenida, sí, pero con elementos realistas, con un
personaje más cerca de la realidad (claro, sin perder de vista que hablamos de
un extraterrestre que viene a la tierra, se alimenta del sol y tiene una fuerza
sobre humana), el resultado no puede estar más alejado de esto.
La película resulta, de principio a fin, un ejercicio sin ritmo, perdido
en una maraña de efectos especiales generados por computadora que no tienen
sentido, personajes mediocres, un desperdicio total de tiempo y de recursos y lo que me parece peor: LA PELICULA ES
ABURRIDA.
En cuanto a la película, el formato de Flash Back hace que tomes el ritmo demasiado tarde.
Justo cuando piensas que puede empezar la acción, volvemos al Clark de 4
años. De nuevo toma vuelo y volvemos a la edad en la que tiene 11 años y está a
punto de ser golpeado por un bully.
Cuando finalmente despega la película, se pierde el interés y es muy
difícil retomarlo.
Los efectos especiales no están al servicio de la historia, sino que son
una justificación comercial para que los niños se diviertan.
¿Cuántos edificios se pueden destrozar en una pelea? ¿Cuánto dura la
secuencia en la que Smallville se convierte en Irak?
Las intenciones comerciales, como mencionaba, son claros,especialmente
en el final.
Superman ha eliminado la amenaza, o eso parecería, pero tiene que
enfrentar una última batalla: larga, llena de efectos y de destrozos.
A decir verdad, ni siquiera estas escenas explotan al personaje, son
simplemente explosiones, derrumbres, ruido y golpes, sin sentido, sin
secuencia, sin objetivo.
De eso va la película, con personajes secundarios insufribles o desperdiciados.
Especialmente el General Zod, interpretado por Michael Shannon, al que
personalmente admiro por su participación en Boardwalk Empire, y el cual
puede dar mucho y tocar puntos increíbles como villano, pero de nuevo, se
justifica solamente para estar en una serie de golpes y explosiones sin
explicación alguna, con motivaciones infantiles.
Y lo más importante, el protagonista, Henry Cavill se conforma en hacer
un personaje "plano", teniendo un personaje perfecto para explotar, aunque
se esfuerza, nunca logra empatía. Ni como Clark Kent, ni como Superman.
Parece más un modelo de A&F en una fiesta de disfraces, que un alien
preocupado por la humanidad. Las mujeres lo amarán, está clarísimo, porque se
quita la camisa a la menor provocación, pero fuera de ello no aporta mucho.
Nunca es un Superman bonachón y medio torpe, como el de Reeve, ni
tampoco tiene un sentido del deber inquebrantable.
Es inexpresivo, y buena parte de que la película se pierda, me parece
que es su culpa.
Y por último, Amy Adams como Lois
Lane se nota que quiere cortar con el papel de "damsel-in-distress",
pero me parece que llega a un punto en el que es "demasiado" (Venga,
vamos a bombardear una nave extraterrestre con otra nave extraterrestre,
probablemente vamos a morir en el intento, TRAIGAN A LA REPORTERA!!!) ah,
pero eso sí, hay que aclarar que ganó un Pullitzer, como para que vean que es
una excelente reportera.
En resumen, es una película olvidable, aburrida y que mantendrá
entretenidos a los niños, pero solo por unos minutos, pareciera ser que ahora
es más importante la mercadotecnia que la historia y el resultado final. Una
pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario